miércoles, 12 de mayo de 2010

Sentido

Hoy he llegado a la conclusión de que soy totalmente superficial. Superficial a todas luces, con todas las letras de la palabra. Ni "lo importante es lo de dentro", ni poyadas de esas, todo eso es mentira. Llámame superficial de mierda si quieres, sí. Pero no es culpa mía.

Siempre lo había sospechado, pero hoy por fin me he convencido de ello. Y el caso es que, he tardado demasiado en darme cuenta, aun a pesar de que mi superficialidad era lo que me daba razones para levantarme de la cama todos estos años. Me daba razones para seguir, para mejorar, para vivir. De la razón de mi superficialidad se extrapolaba el sentido que yo le he dado a mi vida todo este tiempo. Y hasta hoy no lo he descubierto, pese a vivir con respecto a ello.

Y vale, he tardado mucho, pero en realidad, no habría sido dificil verlo, si me hubiera fijado más atentamente antes. La respuesta al por qué, simplemente estaba ahí, delante de mis narices, presente en el dia a día, y yo, como un imbecil, no supe verla, leerla, interpretarla, ni aprenderla, pero solo el mero eco de la misma ya era suficiente como para darme un poquito de sabiduría, a pesar de mi tremenda ignorancia, y seguir animandome a buscarla.

Y ha sido culpa tuya. Como siempre. Tantas veces he hablado de ti, y tantas veces te he despreciado sin darme cuenta. Pero una vez más, has sido tú.

Es como si la belleza del mundo se canalizara a través de ti y de cada uno de tus gestos. Es como si todos esos conceptos bonitos que no vemos, los del bien, la felicidad, la bondad, y demás, se hicieran realidad en ti, como si fueras la imagen que hace palpable el recuerdo, el video de una historia, la prueba de un hecho. Eres la verdad que confirma una realidad mucho más grande, y, sin embargo, tú, en tu singularidad, eres mucho más valiosa que todo eso que representas, al ser tú su principio y su final, la prueba de su veracidad, el sentido de aquello de lo que tu eres bandera.

Y lo mejor de todo, es que no puedes evitar serlo. No lo haces a propósito, ni posiblemente podrías dejar de hacerlo aunque quisieras. Simplemente lo eres, porque lo eres. Eres algo tan grande que tú misma eres el sentido de tu propia existencia. Como lo es la vida. Como lo debería ser el hombre. Por esto, eres incorrompible, irrefutable, innegable e incuestionable. O al menos, lo es lo que tu expresas, lo que transformas en hechos, lo que en ti se convierte en carne.

Y no puedes evitarlo. No puedes evitar expresar todo eso. Para saberlo basta con observar tu simple sonrisa de niña pequeña, tan ingenua por su sinceridad. O cada postura que pones, como cuando tienes frío, y te encoges. O cada gesto que haces cuando interpretas, cuentas, o explicas. Cada mirada a los ojos, como casi sin darle importancia. Como tu actitud, pausada, triste, jovial cuando quieres. Como tu.

Basta con observarte. Cada aspecto de ti es pura plasticidad. Es la acción de la belleza, y no solo sus palabras. Eres todo eso. Y estabas delante mío todo este tiempo, poniendomelo fácil, pero quizá yo no estaba preparado para verte. Quizá no estaba preparado para apreciarte. Pero ahora sé lo que busco. Sé que existes, y sé que mereces la pena. Aunque sea solo para observarte, merece la pena levantarse de la cama cada día, cada mañana.

La belleza es el sentido, y por ello, tú, eres el mío. Llámame superficial, si quieres.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito texto, señor.
Me ha gustado como has usado esta vez tu rabia.

Otro anonimo cabrón. dijo...

Deja de hacerte pajas con imposibles y de enamorarte de tus propias ideas que sufres de narcisismo anal. Que te enamoras de cada pedacito de mierda que se te ocurre plantar, en el momento que presupone que vas a cambiar cuando en verdad sabes que no es así.

Y por si no lo he dicho antes, que sí, deja de hacerte pajas y masturbarte pensando en quien quieras o te hayas imaginado.

Bangtheflash dijo...

Delante mío no. Delante de mí.