jueves, 30 de septiembre de 2010

Una de miedo

Ahora mismo estoy en una película de miedo. Han acontecido asesinatos extraños a mi alrededor, y yo y un grupo de amigos estamos seguros de que algo sobrenatural y maligno está detrás de todo el asunto. De hecho, lo más probable es que nosotros seamos la causa de la liberación de tal fuerza, y más en específico, lo soy yo, que fui el artífice de cierta fatídica idea. Vamos, lo típico.

Ahora, estoy solo, en mi habitación, y he oído ciertos ruidos demasiado extraños en el salón. De repente, la minicadena se enciende sola, y empieza a sonar la música desde los altavoces, en concreto, una canción cuya letra da lugar a dobles sentidos concernientes a asesinatos, sangre, dolor y amor.

Con todo esto que os he contado, lo más lógico, sería no ir al salón. Encerrarme en mi habitación y llamar a la policía. Gritar por el patio ayuda, o salir de casa y correr escaleras abajo hasta estar en la calle, rodeado de gente, donde los fantasmas no aparecen. Hacer cualquier cosa, menos ir al salón a comprobar que en realidad esos ruidos no son nada.

Claro, es muy fácil decirlo, pero cuando es uno el que está dentro de la película...¿Adivinais que hace?