martes, 16 de febrero de 2010

Ella

No era nada superficial. Todo lo contrario. Se consideraba un tio que iba más alla. Que no miraba el físico, que eso no era determinante para él, que lo de fuera solo era un mero cascarón. "Vamos, si lo que nosotros vemos en realidad no existe, solo son ondas interpretadas por nuestro cerebro", le gustaba decir de cuando en cuando, yendounpocodelisto, yendounpocodemaduro, yendounpocomenosdegracioso, aunque, de qué artículo de qué revistucha del cual se acordaba solo vagamente y del cual había sacado su frase, eso, no se lo decía a nadie.
Tampoco creía en los flechazos o amores a primera vista, ni en nada que se le pareciera, claro.

El caso es que el tio estaba muy seguro de sus ideas al respecto. Y tenia suerte de que fuera asi, y que, casualidades de la vida, alguien feo como él, no le diera importancia al físico por razones grandes y abstractas que poca gente era lo suficientemente valiosa como para ver, y que no lo hiciera por necesidad o mecanismo de defensa, no, por eso no era. Seguro que no. Si él hubiera sido guapo, pensaría igual. Seguro que si.

Pero entonces apareció ella, y todo se fue a tomar por culo. ¿Que qué ella?. Ella, simplemente ella. Seguro que la conoces. Siempre hay una Ella. Todos tenemos una. No importa como seas, duro, frio, cariñoso, alto, bajo, o de otro planeta. Todos tenemos una Ella que mandó a tomar por culo todo lo que teniamos como seguro. Una Ella que sabes que es capaz de darte todo, o de destrozarte por completo, pero de la que nunca te esperas que te haga las dos cosas seguidas, no hasta que es demasiado tarde.

Esa Ella fue la que apareció. Él no estaba preparado, pero nunca se esta preparado para algo asi. Solo atinó a meterse dentro de sus ojos y girar la cabeza inconscientemente mientras ella pasaba por delante suyo, hasta encontrarse casi dado la vuelta al volver a la consciencia. En realidad, ni si quiera la habia visto bien. Le acababan de robar 5 segundos de su vida, no sabia que habia pasado, no sabia quien era, y no sabia que un monton de pilares en su cabeza se acababan de derrumbar ni sabia en ese momento el tiempo que le costaría barrer los escombros.

Entonces solo se dio cuenta de una cosa, y es que, hay cosas tan bonitas, que tienen que ser buenas por cojones

Version alternativa:

Nunca había sido superficial. Nunca, hasta que la vio a ella. ¿Que qué ella?

Ella. Solo Ella. Seguro que la conoces. Hablo de esa chica a la que más miedo tienes. Esa chica que sabias que te podia dar todo, o que podia quitarte mas de lo que tenias.

Esa chica que nada mas verte te roba las llaves de tu alma, esas de las que no tienes copia, y se las queda para siempre. Y te da igual, porque si no te las hubiera robado, se las habrias dado, deseoso de que las usara y entrara, a hacerte el hombre más feliz del mundo, o a destrozarte la vida, da igual, pero que las usara, porque quieres a esa persona dentro de ti, sea de la manera que sea

PD: Llevo tiempo pensando como hacer para que me quede bien, pero asumo la derrota y lo dejo asi, en un par de borradores mal puestos

martes, 9 de febrero de 2010

Agujeros de zapatillas

Las cosas se gastan de usarlas. Todas, siempre, continuamente. Pero eso no significa que dejen de cumplir su función. Acuérdate de esas zapatillas nuevas y preciosas que te compraste y que de usar tanto, tanto, acabaron sucias, mugrientas, rotas, con la suela despegada y un agujero en la punta del dedo gordo.

¿Pero las tiraste por ello? No. Seguían sirviendote para lo que servían. Las habias moldeado, eran cómodas, las conocías, habian pasado mas de 1 año junto a ti, habian huido, perseguido, corrido, saltado, tropezado, y se habian levantado siempre contigo. Te molestaba profundamente que tu madre insinuara que te obligaría a lavarlas. Con ellas no tenias que disimular, su suciedad era tu suciedad, y no habia nada que ocultar. No te avergonzaba ese agujero, porque ese agujero tenia razones e historias detras que tu y nadie más habia vivido. Ese agujero, ese vacio en medio de la zapatilla, lo habías hecho tú, le tenías un cariño especial, incluso te gustan mas con él que si estuvieran nuevas. Y las usaste hasta que tuviste que usarlas, ni más, ni menos.

Lo malo viene cuando uno cree que puede ignorar el desgaste que produce el uso sobre las cosas. Cuando uno cree que podrá jugar a ser Dios y, simplemente arreglarlas. Y poner un parche negro dentro de la zapatilla para que no se vea el calcetín asomar al andar. O echarle Superglú a la suela para que vuelva a quedar "perfecta". Pero el negro del parche no es el mismo que el de la zapatilla, y con el superglú ahora notas la suela desnivelada por la punta, y te jode un huevo y parte del otro. Y al final, tus zapatillas, ni son nuevas, ni son viejas, ni nada. Son un remiendo que estuvo destinado a fracasar desde el principio. Un simple quiero y no puedo.

Si no quieres una zapatilla vieja con agujero, te compras otra, pero pretender que el agujero no existe, es rídiculo.

PD: Esto estaba un poco en proceso, pero me fui a la calle y se me olvidó como queria escribirlo en realidad. Lo pongo, y quizá, algun dia me acordaré. Pero iba a molar mucho más, eso seguro.