miércoles, 19 de mayo de 2010

Como a unas 15

Ya está. Terminó. Acababa por fin de poner el último nombre de esa lista improvisada. Ya iba a poder responder con exactitud a la mítica pregunta. No la había hecho por fardar, ni había sido algo premeditado, pero la conversación con su amigo le sugirió tal idea. Al fin y al cabo, tampoco estaba mal hacer una lista de todas las mujeres a las que se había follado, si solo la iba a ver él y nadie más. Y que coño, nunca viene mal tener clara esa cifra en una noche de borrachera en la casa de un amigo. En realidad era culpa de los putos deberes de matemáticas. No había quien se concentrase con ellos.

Volvió a mirar la lista de nombres, ahí, puestos en columna, rodeados por un montón de cuentas e integrales, erroneas todas ellas. Empezó a leerla, asimilandola un poquito más. La verdad es que no era muy larga. Era normal. Incluso le gustaría que fuera algo más corta, total, de algunas no se acordaba ni intentandolo, y de otras, mejor no acordarse. Ahora, otras estaban bien, joder, no hay que pasarse.

Pero algo le llamó la atención. Había un nombre que destacaba sobre los demás. No había puesto cuidado en la escritura de ninguno, casi ni miraba al papel mientras hacía la lista, solo recordaba, y su mano, se movía. No entendia, entonces, el por qué de las diferencias en ese nombre. O quizás sí.

Lilian. Ahi estaba, limpio, recto, y sobretodo, con la primera letra en mayúscula. Era el único que tenía la primera letra mayúscula. Siempre hacía lo mismo. En listas, en examenes de geografía, y similares, por alguna extraña razón, siempre se le olvidaba poner la mayúscula al principio. Le pasaba en todo lo que no fueran escritos. Siempre. Menos esta vez. Lilian. No podia ser otra. Se acordó de algo que decía su profesor de primaria "Pepe va con mayúscula, porque no es un burro". Que gilipollez. Pero le sirvió para aprenderselo bien en su momento. No sabía porque le venía esa frase a la cabeza.

Lilian. No era bueno acordarse de ella ahora. No era su intención. El inconsciente, tan sincero como siempre, le había jugado una mala pasada, pero él, que era muy listo, se hizo el tonto, y siguió haciendo cuentas.

Volvió a hacer una integral, esa que rodeaba la famosa lista, y que tantas veces había repetido. Tardó 20 minutos, pero, por fin, llegó a un resultado, y tenía buena pinta. Lo cotejó con el resultado dado por el profesor. Mal. Otra vez mal. No había hecho una sola cuenta bien en las 5 horas que llevaba ahí plantado. O eso le parecía a él. Era pronto todavia, pero no merecía la pena, asi que decidió recoger, y dormirse. Prefería suspender despierto y tranquilo, que dormido y de mala hostia.

Recogió todo. Echó un último vistazo antes de dormirse. ¿Tenia todo? Malo sería que no hubiera guardado el DNI en la mochila. Mientras revisaba, volvió a ver su lista, ahí, sola, encima de la mesa. La guardó con cariño en cierto cajón, y tranquilo, se acostó.

No tenia muy claro por qué guardaba eso, pero le gustaba. Le hizo sentir seguro, a salvo. Lilian. Hacía mucho tiempo de eso ya. Respiró hondo. Lilian. "Mierda", pensó. Se le acaba de olvidar a cuantas se había follado. ¿Eran catorce? ¿Dieciseis? Mañana lo miraría otra vez. O mejor no. Así es más bonito...

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